En los alrededores del café literario del Parque Bustamante se celebró el encuentro que junta historia y fantasía en un mismo espacio.
Por Javier Vera
Una sensación de abundante regocijo había en las tiendas por las que caminaban centenares de personas que veían con curiosidad lo que ofrecía cada espacio, tan grande era la energía positiva que poco y nada parecía importar lo nublado que estaba el día y la inminente posibilidad de que fuese a llover.
Pocas veces en Santiago se ven eventos en los que la pasión y capacidad artística de la comunidad son tan evidentes. El encuentro de literatura, historia medieval y fantasía «Leyenda» fue una experiencia encantadora de principio a final.
Quienes recién llegaban al lugar del encuentro eran sorprendidos con la agradable melodía proveniente de los instrumentos musicales tocados por grupos como la Estudiantina Femenina de Santiago, quienes con sus vestidos verdes cantaban y viajaban alrededor del parque, o el peculiar intérprete enmascarado Bärentanz y las bailarinas de Kamaria que danzaban con su música.

Pero no sólo eran artes musicales las que capturaban el interés público. Muy concurridas fueron también las actividades relacionadas con la práctica de arquería y artes marciales medievales. Además de mostrar sus artesanías, el grupo de músicos y arqueros Flecha Errante enseñó a niños y adultos las reglas básicas de la arquería, consiguiendo que muchos se emocionaran al ver cómo lograban acertar flechas en el pequeño objetivo.
De manera similar, varios grupos -como Ordo Simargl y el Centro Medieval Y Renacentista de Chile– hicieron demostraciones de esgrima, el arte marcial enfocado en el estudio de uso de armas de corto alcance, donde enseñaron a los más valientes las sutilezas del combate cuerpo a cuerpo según la tradición del mundo feudal.

Pero no todo se dedicó a la recreación del combate antiguo, varias organizaciones -como la Guardia Cruzada del Halcón y Sunnan– presentaron una gran variedad de reconstrucciones hechas a mano como armaduras, armas y trajes que llamaban la atención por sus fuertes colores.
Por otra parte, se destacó mucho la simpatía del grupo fantástico Smial Isilmar, quienes inspirados por la tierra media de Tolkien trajeron juegos de azar, entre los que se destacaban el lanzamiento de dardos, adivinanzas, runas, y una buena dosis de «sabiduría élfica».

En eventos de esta envergadura es algo inusual encontrar locales que ofrezcan buena comida a precio razonable, sin embargo, esta situación no ocurrió en esta ocasión debido a tiendas como la Taberna de Leomundo, quienes además de contar con un buen ambiente, servicio atento y una enorme cabeza de dragon, ofrecieron exquisitos y grandes platos temáticos de comida pseudo-medieval a precios accesibles.

Pero sin lugar a duda uno de los más grandes placeres del día fue ver la gran variedad de artesanías de alta calidad exhibidas. Las palabras no hacen justicia a los productos de cuero hechos a mano de tiendas como Hildolfr Leatherwork o Dragon Herrero ni expresan el detalle y cuidado de los libros empastados de Duende Urbano.
Asimismo, se destacaban trabajos originales, como los tejidos de Laberinto Celta -quienes vendían fantásticos cascos hechos completamente de lana-, y la teatralidad de las decoraciones del Valle de los Brujos. Incluso habían tiendas que pensaban en los más pequeños, como Dragones de Alcalá, quienes disponían de bonitos juguetes para niños y niñas.
A pesar de que ésta haya sido sólo la tercera edición de Leyenda, no es una exageración afirmar que el evento es un testamento de lo que se puede lograr en los espacios públicos y es un agrado ver lo mucho que ofrece para los aficionados de la historia y fantasía, siendo la corta duración del mismo lo única cosa realmente lamentable.